«Muchos piensan que si las cosas del mundo estuvieran bien organizadas, de modo tal que todos tuvieran lo suficiente de ellas, habría un mundo feliz y pacífico, pero me temo que esto no sería así si individualmente no hemos comprendido el verdadero significado que tienen. Dependemos de las cosas porque somos pobres internamente, y con las cosas disimulamos esa pobreza del ser; estas acumulaciones externas, estas posesiones superficiales se vuelven tan vitalmente importantes que por ellas estamos dispuestos a mentir, a engañar, a luchar y destruirnos el uno al otro. Porque las cosas son un medio para lograr poder, reputación personal. Sin comprender la índole de esta pobreza interna del ser, el mero cambio de organización para la adecuada distribución de las cosas, por necesaria que ésta sea, creará otros medios y arbitrios para adquirir poder y distinción personal».
La luz de sus obras; las veo frescas, bellas, útiles (no son nada farragosas ). Creo , que solamente la fiel compañera ¡¡ Muerte!!, puede obligar a dejar de pensar, una mente tan hermosa…