Voy a dormir | Alfonsina Storni

Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

VoyADormirDéjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

Alfonsina Storni
«Voy a dormir», Diario La Nación, octubre de 1938

Sobreviviré [I will survive] | Gloria Gaynor

Gloria Gaynor
Gloria Gaynor

Al principio tenía miedo,
estaba petrificada
Me quedé pensando que nunca podría vivir
sin ti a mi lado
Pero entonces pasé tantas noches
pensando cómo me hiciste mal
Que me volví más fuerte
Que aprendí cómo continuar

Siete sonetos medicinales | Almafuerte

Almafuerte
Almafuerte

¡AVANTI!

Si te postran diez veces, te levantas
Otras diez, otras cien, otras quinientas…
No han de ser tus caídas tan violentas
Ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas
Asimilan el humus avarientas,
Deglutiendo el rencor de las afrentas
Se formaron los santos y las santas.

Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
Nada más necesita la criatura,
Y en cualquier infeliz se me figura
Que se rompen las garras de la suerte…

¡Todos los incurables tienen cura
Cinco segundos antes de la muerte!

Redondillas – Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz
Sor Juana Inés de la Cruz

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

El fracaso del feminismo | Kay Ebeling

«NUEVA YORK (Newsweek).- Días pasados tuve la cita con un muchacho más corta de mi vida. Un yuppie, importante funcionario de un banco, me sometió a un test de 50 minutos y luego se fue.

Cuando se inició el encuentro suspiró, arrojó su abultada agenda sobre la mesa y comenzó a interrogarme mientras observaba mis reacciones como si fuera una entrevista de trabajo. Después volvió a suspirar y se fue a su siguiente cita. Había concedido a la relación menos de una hora para resolver si había posibilidades de romance.

Madre, no me digas – Baldomero Fernández Moreno

Baldomero Fernández Moreno
Baldomero Fernández Moreno

Madre, no me digas:
-Hijo, quédate…,
cena con nosotros
y duerme después…
Cuando eras pequeño
daba gusto ver
tu cara redonda,
tu rosada tez…

Auto veloz [Fast car] – Tracy Chapman

Tracy Chapman
Tracy Chapman

Tú tienes un auto veloz
Yo quiero un pasaje a cualquier parte
Tal vez podamos hacer un trato
Tal vez juntos podamos ir a alguna parte

Cualquier lugar es mejor
Comenzando desde cero no tengo nada para perder
Tal vez hagamos algo
Pero en cuanto a mí no tengo nada para probar

Lo que se obtiene es lo que se ve [What you get is what you see] – Tina Turner

Lo que se obtiene es lo que se ve [What you get is what you see] - Tina Turner
Tina Turner
Algunos muchachos tienen la apariencia de un Adonis griego
Algunos muchachos tratan de ganarte hablando
Algunos muchachos creen ser un regalo de los dioses a la mujer
Algunos muchachos piensan que son dulces como para comerlos
¿Cambiar el hábito de una vida?
Ni siquiera lo intentes
Porque cuando escarbas más allá de la superficie
Te das cuenta de que

Historia de mi muerte | Leopoldo Lugones

Leopoldo Lugones
Leopoldo Lugones
Leopoldo Lugones
Leopoldo Lugones

Soñé la muerte y era muy sencillo;
Una hebra de seda me envolvía,
Y a cada beso tuyo,
Con una vuelta menos me ceñía
Y cada beso tuyo
Era un día;
Y el tiempo que mediaba entre dos besos
Una noche. La muerte era muy sencilla.

Siliconas | Dra. María Alejandra Filiberti

“Señor Director:

Mi nombre es María Alejandra Filiberti, tengo 35 años y soy médica anestesióloga. Esta historia comienza hace casi 20 años, cuando me resigné a que mi pubertad terminara sin que mis senos crecieran. Desde ese momento consideré que algún día, cuando pudiera, aumentaría su volumen con las, hasta ese momento conocidas como solución milagrosa e inofensiva, prótesis de siliconas. Por fin el 15 de octubre de 1988, cuando tenía 23 y estaba a punto de recibirme de médica, llegó el ansiado momento. ¡Qué alegría indescriptible salir del quirófano! Sin conocer los riesgos a los que me empezaba a exponer y sin imaginar los calvarios que me esperaban, me contemplaba frente al espejo extasiada, feliz, ignorante…

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