Ciencia y moral | Ernesto Sabato

Ernesto Sabato
Ernesto Sabato

“Un telémetro de artillería requiere el concurso de matemáticos, físicos e ingenieros; pero puede ser utilizado por los Uno y el universoejércitos de un bandolero o por hombres que luchan por la libertad. Los productos de la ciencia son ajenos al mundo de los valores éticos: el teorema de Pitágoras puede ser verdadero o falso; pero no puede ser perverso, ni respetable, ni decente, ni bondadoso, ni colérico.

Mirada inquisitorial | James Thurber

Mirada inquisitorial - James Thurber - Let your mind alone - Selecciones del Reader's Digest

Mirada inquisitorial - James Thurber - Let your mind alone - Selecciones del Reader's Digest
James Thurber

«Un espectáculo que deprime al hombre y le hace estremecerse es el de la mujer que mira a otra de arriba abajo para ver cómo va vestida.

Inercia mental | Ernesto Sabato

Ernesto Sabato
Ernesto Sabato

“El hombre común tiende a la conservación de sus ideas y convenciones. Pero el peor conservatismo es el engendrado por una revolución triunfante: el conservatismo que la precede es indeciso, agrietado, conciliador; no se cree en las nuevas ideas pero tampoco se confía mucho en las Uno y el universoantiguas. En cambio, cuando una revolución triunfa se constituye un nuevo y rígido sistema de convenciones, que es muy peligroso discutir; en las revoluciones políticas, el apartamiento de la ortodoxia se paga con la vida o la libertad; en las del pensamiento, se paga con la burla o la acusación de locura.

Divulgación | Ernesto Sabato

Ernesto Sabato
Ernesto Sabato

“Alguien me pide una explicación de la teoría de Einstein. Con mucho entusiasmo, le hablo de tensores y geodésicas tetradimensionales.

Uno y el universo-No he entendido una sola palabra –me dice, estupefacto.

Reflexiono unos instantes y luego, con menos entusiasmo, le doy un explicación menos técnica, conservando algunas geodésicas, pero haciendo intervenir aviadores y disparos de revólver.

Letanías a Jesús | Almafuerte

Almafuerte
Almafuerte

Jesús de Galilea
para mí no eres Dios;
eres sólo una idea
de la que marcho en pos.

No me humillo ni ruego
a tus plantas, Jesús;
llego a ti como un ciego
que va en busca de luz.

Voy a dormir | Alfonsina Storni

Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

VoyADormirDéjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

Alfonsina Storni
«Voy a dormir», Diario La Nación, octubre de 1938

Soledad | Carlos Mastronardi

Soledad - Carlos Mastronardi
Carlos Mastronardi

Aspiro el ramillete de los años
Y siento que estoy muerto en cada olvido.
Mis apariencias todas se gastaron
Alguien se iba de mí cada crepúsculo…
En mis tiempos marchitos hubo puertos,
Y pañuelos vehementes se alejaron…
Desconocidas gentes han partido
Del fondo de mi ser ya devastado.
Me quedé en la efusión de cada abrazo
y en los adioses laxos y secretos.
De improviso me vi como un extraño
con mi presencia inexplicable y sola.
Lo ausente habla un idioma que no alcanzo.
Inútilmente dóblanse las tardes…
Nos vamos deshaciendo en los olvidos,
Ya dispersé el recuerdo como un ramo.

Carlos Mastronardi
Soledad

Galileo | Ernesto Sabato

Ernesto Sabato
Ernesto Sabato

“Galileo fue escasamente lo que se llama una persona bien educada. Ya antes de ser profesor en la Universidad de Pisa era famoso por sus bromas contra la escuela aristotélica; cuando comenzó a enseñar en la facultad declaró que las teorías de Aristóteles no eran dignas del menor respeto; escribió un libro en que Uno y el universoridiculizaba el afán académico por la toga; salía a beber con sus alumnos; componía versos de amor; armaba pendencia con los colegas peripatéticos y se divertía en refutar sus teoría arrojando piedras desde lo alto de la torre inclinada. En pocas palabras: usó los métodos más eficaces para lograr mala fama en los círculos filosóficamente decentes de la ciudad de Pisa.

Fundación mítica de Buenos Aires | Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges

¿Y fue por este río de sueñera y de barro
que las proas vinieron a fundarme la patria?
Irían a los tumbos los barquitos pintados
entre los camalotes de la corriente zaina.

Pensando bien la cosa, supondremos que el río
era azulejo entonces como oriundo del cielo
con su estrellita roja para marcar el sitio
en que ayunó Juan Díaz y los indios comieron.

El guapo | Evaristo Carriego

Evaristo Carriego
Evaristo Carriego
Evaristo Carriego
Evaristo Carriego

A la memoria de San Juan Moreira
Muy devotamente.

El barrio le admira. Cultor del coraje,
conquistó, a la larga, renombre de osado;
se impuso en cien riñas entre el compadraje
y de las prisiones salió consagrado.

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