«Contra el suicidio.
La octogenaria -una dama de Cambridge-, con cierto brillo en los ojos, apagando el televisor donde acaban de informar acerca del último suicidio, dice a su amiga, con la que va a tomar el té: «Bien, mi querida, ¿no te parece que es como ir a donde no hemos sido invitados?».
Richard Eberhart
(TLS [Times Literary Supplement], abril 28, 1978)».