«[…] cuantos profesan una fe ciega o alguna creencia se erigen en seres infalibles, no admitiendo en modo alguno la existencia de algo mejor ni más verdadero que la creencia abrazada. Pero donde se descubre el móvil oculto que engendra el frenesí histérico del fanático, es en el hecho de que se constituye, ante todo, en creyente de sí mismo. […] ¿No hemos visto, acaso, con harta frecuencia, a esos mismos fanáticos derribar ídolos y renegar de sus creencias por el sólo hecho de que aquellos o éstas cesaron de corresponder circunstancial o definitivamente a sus antojadizas exigencias? ¿Qué creencia era, entonces, la que profesaban? Escudriñemos en el fondo de las almas y veremos, en los estrados mismos de cada creencia, cómo se columpia siempre, por encima de sus ídolos, el ídolo de las creencias personales, el que instituye la fe en la propia creencia, distinta, por cierto, de la que se aparenta profesar».
Miguel Dimasehttps://migueldimase.com
Buena parte de mi vida la dedico desde siempre a estudiar, a aprender y a comprender.
Otra parte, a mejorar deliberadamente cómo hacerlo.
Desde hace mucho intento ayudar comunicando lo que estudié, lo que aprendí y lo que comprendí.
Dicen que lo logro.
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