
«[…] la costumbre, la tendencia arraigada ya al espíritu humano, es lo que hay que renovar, lo que hay que desarraigar, porque de lo contrario, los seres estarán siempre ligados a un prejuicio, y no avanzarán temiendo alejarse de aquello que les es querido, que han acariciado tanto tiempo, y que si no está a su lado parece que hasta la vida les falta».