
“Me digo con frecuencia que si no hubiéramos aceptado, durante generaciones, ver a los animales asfixiarse en los vagones jaula, o quebrarse las patas, como les ocurre a tantas vacas o caballos, enviados al matadero en condiciones absolutamente inhumanas, nadie, ni siquiera los soldados encargados de escoltarlos, hubiera soportado los vagones precintados de los años 1940-1945”.
Marguerite Yourcenar