
«El derecho del hombre sobre el animal creo que cesa con la necesidad de defensa y de subsistencia. Así, el asesinato y la tortura innecesarios son cobardías y hasta crímenes. Un servicio de utilidad impuesto al animal, impone al hombre un derecho de protección y de bondad. En una palabra, el animal tiene derechos sobre el hombre, y éste tiene deberes para el animal. El budismo exagera seguramente esta verdad, pero los occidentales la desconocen. Un día vendrá en que la virtud de humanidad sea más exigente que ahora».