
“Aquellos hombres no hubiesen podido pensar de otra manera, aun cuando creyeran tener una voluntad ecuánime, porque es más fácil mantener una idea vaga sobre los acontecimientos, y obrar de acuerdo con ella, como generalmente sucede, que tratar de encontrar un sentido sólido de la realidad; y dada esa oscura tendencia humana a aceptar como clara e incontrovertible la borrosa imagen que se tiene del mundo, generalmente suele llevar años hallar, no ya un sentido sólido de la realidad, sino apenas un punto de partida para buscarlo”.