
“La Navidad es una suma, un almacén de regalos de todos los sentimentalismos y mendacidades burgueses. Es un motivo de desenfrenadas orgías para la industria y el comercio, el artículo más sensacional de los almacenes, huele a hojalata lacada, a ramas de abeto y a gramófonos, a agotados carteros y chicos de reparto que murmuran por lo bajo, a alborotadas fiestas familiares bajo el árbol engalanado, a suplementos de los periódicos y a una gran publicidad; en resumen, a mil cosas que me resultan extremadamente odiosas y que me serían indiferentes y ridículas si no hicieran un uso tan lamentable del nombre del Salvador y del recuerdo de nuestros años más tiernos”.