
«[…] las diferencias en capacidades naturales también desempeñan su papel en la formación de distinciones sociales. Pero estas diversidades de aptitudes y carácter están mediadas normalmente por jerarquías imaginadas. Esto ocurre por dos causas importantes. Primera y principal, la mayoría de las capacidades han de cuidarse y desarrollarse.Incluso si alguien nace con un talento concreto, por lo general dicho talento permanecerá latente si no se promueve, se refina y se ejercita. No todas las personas tienen las mismas posibilidades de cultivar y refinar sus capacidades. Por regla general, que tengan o no dicha oportunidad dependerá del lugar que ocupen en la jerarquía imaginada de su sociedad. […]
Segunda, aun en el caso de que personas pertenecientes a clases diferentes desarrollen exactamente las mismas capacidades, es improbable que disfruten del mismo éxito, porque tendrán que jugar la partida con reglas distintas. Si en la India gobernada por Gran Bretaña un intocable, un brahmán, un irlandés católico y un inglés protestante hubieran desarrollado, de alguna manera, exactamente la misma perspicacia para los negocios, no habrían tenido la misma oportunidad de hacerse ricos. El juego económico estaba arreglado con restricciones legales y techos de cristal no oficiales».