
«Nos conmueve [Jenny de Vasson] precisamente ahí donde sus opiniones difieren totalmente de las nuestras. Sus juicios sobre la mujer y el amor llegan casi a escandalizarnos, puesto que se sitúan en el extremo opuesto de lo que tenemos ya por natural y razonable; pero yo confieso que su firme adhesión a todo lo que nos parecen prejuicios me ha hecho reflexionar acerca de nuestros prejuicios contrarios y preguntarme si la imagen que hoy nos hacemos de la mujer no será tan incompleta (de otro modo incompleta) como aquella que tenía Jenny de Vasson».