
«Caillois […] le señaló graves errores en la traducción de Ibarra de sus poemas (de Borges) [1]. «¿Cómo no comprende que más importante es portarme bien con un amigo? ¿Qué me importa cómo me juzgan en Francia?
En el último artículo se aclararon las diferencias entre motivación y fuerza de voluntad al procurar objetivos académicos. Se equiparó la fuerza de voluntad con el control inhibitorio y se afirmó que se usa demasiado y mal, recomendando recurrir a mejores técnicas autorregulatorias. Por supuesto que podemos usar la fuerza de voluntad adecuadamente, pero antes debemos comprenderla mejor.
«[…] cada pensamiento tiene su lenguaje. A menudo son muchos los que hablan a la vez; de ahí que sea tan corriente oír decir a alguien, que tiene un barullo en la cabeza —o sea, en la mente—, que no puede pensar, etc. Otras veces se les ocurre a los pensamientos ponerse de acuerdo y hacer una fiesta. Comienza entonces el baile mental, y el ser, víctima de
«Dos peones chinos estaban discutiendo acaloradamente, rodeados por un círculo de curiosos. Como uno de estos expresara sorpresa porque no se iban a las manos, un chino que estaba a su lado le dijo:
«¡Cuántas especies de animales, a millares y decenas de millar, sólo piden la paz y nosotros sólo queremos con ellos la guerra brutal! Nuestra raza es la más destructora y maléfica, la más temible de las especies del planeta; hasta inventó para su uso el derecho del más fuerte, un derecho divino que le pone la conciencia en reposo con los vencidos y con los aplastados; dejó fuera del derecho todo lo que tiene vida, excepto ella misma.
«Dice que Guillermo se complace en las adversidades del prójimo y que señala con gusto las deficiencias ajenas: «Este ventilador no sirve para nada. Hoy no se usan ventiladores, sino aparatos de aire acondicionado». «En la comida a Clemente no había un alma». «Te han jubilado. No recibirás mucho dinero por mes».