«Durante una licencia que me fue concedida hace poco, pasé unos días en la granja de mi tío, situada en Kingston, Rhode Island. Desde el alba hasta el oscurecer andaba él atareado con la siembra de primavera, pero
felicidad
Necesidad de aturdirse – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo

«En el fondo, el hombre moderno tiene una inmensa necesidad de aturdirse, siente un secreto horror por todo aquello que lo disminuye. Por eso lo eterno, lo infinito y lo perfecto, son su espantajo. Quiere aprobarse, admirarse y felicitarse; y por consecuencia retira la vista de todos los abismos que le recuerdan su nulidad.
Hacer feliz a alguien – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
De amor y de discreción | Sor Juana Inés de la Cruz

I
Que no me quiera Fabio, al verse amado,
es dolor sin igual en mi sentido;
mas que me quiera Silvio, aborrecido,
es menor mal, mas no menos enfado.
¿Qué sufrimiento no estará cansado
si siempre resuenan al oído
tras la vana arrogancia de un querido
el cansado gemir de un desdeñado?
Madre, no me digas – Baldomero Fernández Moreno
Reír llorando | Juan de Dios Peza

Viendo a Garrik -actor de la Inglaterra-
el pueblo al aplaudirlo le decía:
«Eres el más gracioso de la tierra,
y el más feliz…»
Y el cómico reía.
Víctima del spleen, los altos lores
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.
La búsqueda del absoluto – Ernesto Sabato – Abbadón el exterminador

“Porque no hay una felicidad absoluta, pensaba. Apenas se nos da en fugaces y frágiles momentos, y el arte es una manera de eternizar (de querer eternizar) esos instantes de amor o de éxtasis; y porque todas nuestras esperanzas se convierten tarde o temprano en torpes realidades; porque todos somos frustrados de alguna manera, y si triunfamos en algo fracasamos en otra cosa, por ser la frustración el inevitable destino de todo ser que ha nacido para morir; y porque todos estamos solos o terminamos solos algún día: