Henri-Frédéric Amiel
Sed lo que deseáis que otros sean – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Nada más que lo semejante puede obrar sobre lo semejante. Así, no tratéis de mejorar por medio del razonamiento, sino por el ejemplo; no...
El desorden de hoy, descuenta la libertad de mañana – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Es de asombrar cuán llenos de trabas estamos de ordinario, y cuán rodeados de impedimentos y de deberes que no lo son, y que...
Inacción atenta y recogida – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
“¡Sí, estamos muy atareados, muy recargados, muy ocupados, y somos muy activos! ¡Leemos demasiado! ¡Sepamos arrojar por la borda todo nuestro bagaje de cuidados,...
Todo aparece cambiado cuando cambiamos – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Esta mañana comprobé que lo que nos parece imposible no es con frecuencia sino una imposibilidad subjetiva. Nuestra alma, bajo la acción de las...
Grados de orgullo – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Hay dos grados de orgullo: uno, la aprobación de sí mismo; el otro, en el que no nos aceptamos. Este es probablemente el más...
El deber es ser útil – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"El deber es ser útil, no como se desee, sino como se pueda". Henri-Frédéric Amiel
Diario íntimo
El interés personal y la animalidad – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"El interés personal sólo es la prolongación en nosotros de la animalidad; la humanidad no comienza en el hombre sino con el desinterés". Henri-Frédéric Amiel
Diario...
Manera de portarse con los necios – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Nada caracteriza mejor a un hombre, que su manera de portarse con los necios". Henri-Frédéric Amiel
Diario íntimo
Diferir de nuestro amor propio – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
"Nos cuesta mucho trabajo diferir de la opinión de nuestro amor propio y no encontrar placer en las palabras de los que elogian nuestro...
Claridad para determinarse – Henri-Frédéric Amiel – Diario íntimo
«Quien quiere ver completamente claro antes de determinarse, no se determina jamás. Quien no acepta el arrepentimiento no acepta la vida». Henri-Frédéric Amiel
Diario íntimo