
«Siempre me he considerado como materia de estudio; lo que me ha interesado más en mí, es la satisfacción de tener un hombre a mi alcance, una persona
«¡Cuántas especies de animales, a millares y decenas de millar, sólo piden la paz y nosotros sólo queremos con ellos la guerra brutal! Nuestra raza es la más destructora y maléfica, la más temible de las especies del planeta; hasta inventó para su uso el derecho del más fuerte, un derecho divino que le pone la conciencia en reposo con los vencidos y con los aplastados; dejó fuera del derecho todo lo que tiene vida, excepto ella misma.
«En el fondo, el hombre moderno tiene una inmensa necesidad de aturdirse, siente un secreto horror por todo aquello que lo disminuye. Por eso lo eterno, lo infinito y lo perfecto, son su espantajo. Quiere aprobarse, admirarse y felicitarse; y por consecuencia retira la vista de todos los abismos que le recuerdan su nulidad.
«El Oriente prefiere la inmovilidad como forma del infinito, el Occidente prefiere el movimiento. Es porque éste tiene la pasión del detalle y la vanidad del valor individual. Así como un niño a quien se hubieran dado cien mil francos, se imaginaría que multiplicaba su fortuna al contarlos por monedas de un franco o de cinco céntimos.