
«La Logosofía aconseja y propone llevar un control de las actividades mentales, como así también de la conducta diaria, para que al fin del día cada uno sea dueño de lo que ha vivido, registrándolo en la conciencia.
«Si tenemos un concepto previo de lo que queremos ser, de lo que deberíamos ser, entonces la percepción de lo que somos no es crítica, ya que sólo nos interesa amoldarnos o rechazar. Queremos ser esto o aquello; en consecuencia, estamos incapacitados para realizar un verdadero examen crítico de lo que somos y, por lo tanto, cuando cambiamos en relación con lo que deseamos ser, estamos obligados a crear resistencias y, de ese modo, el cambio fundamental no ocurre en absoluto.