«Si para nuestra felicidad dependemos de otro, de la sociedad o del medio, éstos se vuelven esenciales para nosotros; nos aferramos a ellos y nos oponemos violentamente a cualquier cambio, porque dependemos de ellos para nuestra seguridad y comodidad psicológicas.
«Muchos piensan que si las cosas del mundo estuvieran bien organizadas, de modo tal que todos tuvieran lo suficiente de ellas, habría un mundo feliz y pacífico, pero me temo que esto no sería así si individualmente no hemos comprendido el verdadero significado que tienen.
“[…] cuando analizaba mis sentimientos, advertía que ella había empezado a serme indispensable (como alguien que uno encuentra en una isla desierta) para convertirse más tarde, una vez que el temor de la soledad absoluta ha pasado, en una especie de lujo que me enorgullecía, y era en esta segunda fase de mi amor en que habían empezado a surgir mil dificultades; del mismo modo que cuando alguien se está muriendo de hambre acepta cualquier cosa, incondicionalmente, para luego, una vez que lo más urgente ha sido satisfecho, empezar a quejarse crecientemente de sus defectos e inconvenientes.